Hoy voy a contar la historia de otro boj aprovechando que esta semana lo he pasado a una maceta próxima a la definitiva, vamos, que lo traigo calentito!! jeje
Este árbol, fue un regalo de un buen amigo mío, regenta un vivero en Murchante (Navarra) y es un gran aficionado al bonsai. Un día al hacerle una visita lo encontré trabajando una remesa de bojes de jardín para convertirlos en bonsai. Tuvo a bien regalarme uno de ellos dándome a elegir entre los que quedaban vírgenes, escogí uno y allí mismo nos pusimos a trabajarlo.
La primera imagen que tengo, es de Marzo de 2011 solo unos días después del primer trabajo. El cepellón estaba saturado de raíces, pero a finales de marzo cuando realicé la poda, el árbol ya estaba brotando, por lo que no quise provocarle más estrés y dejé el trasplante para el año siguiente.
La planta respondió con una fuerte brotación, y al tener la ramificación primaria prácticamente hecha de fábrica, pase todo el verano realizándole pinzados para espesar las ramas e intentando equilibrar la fuerza en las diferentes ramas. Así estaba en agosto.
En noviembre con el color de la hoja ya maduro.
En 2012 lo trasplante a esta maceta bastante profunda, costó mucho deshacer el cepellón, pues era una maraña de raíces en un sustrato arcilloso difícil de limpiar incluso con la manguera. Aquí el resultado.
Esta era la primera vez que veía el nebari, pues estaba enterrado en la maceta.
Y por fin llega 2013, nuevo trasplante, tal vez sea correr demasiado, pero quería seguir trabajando el cepellón, y por qué no decirlo, de verlo en una maceta más acorde.
En este trasplante, he girado el árbol un poco en sentido contrario a las agujas del reloj, de esta manera mejoraba el aspecto del nebari.
Es en esta maceta en la que espero seguir trabajándolo, e ir ramificando y espesando la copa.
Un saludo