Aquí esta recién llegado aún sin tocar, recuerdo que lo saque a la calle para ver si llegaba a otoñar, pues era febrero.
Este olmo ha sufrido innumerables fechorías, en el he practicado mi primer defoliado, trasplante, trabajo de madera, pinzado... vamos, que tiene mucho mérito. Pode y trasplante el arbol esa primavera, aquí una vez brotado y ahuecado el tronco unos meses después.
En 2011 nuevo trasplante a una maceta más grande, aquí se ve la forma de 90º que tiene el tronco, me planteaba cortar, pero la cicatriz sería muy antiestética.
Resultado de tocarle tanto las narices, secó tres de sus cuatro ramas, de modo que levanto la que queda para intentar formarlo con ella. Aún no entiendo cómo seguía vivo...
El año pasado, ¿adivinais? traaasplante que te crio!!, ahora el defecto de la base juega a mi favor quedando enterrada.
No le sentó mal la kurama.
Va sacando el labio de cicatrización.
Bueno, realmente todos esos "problemas" también se los encuentran los árboles en la naturaleza, roturas, sequía, secado de ramas... Al final seguro que has disfrutado, has aprendido mucho con él y de él y ahora se ve un pequeño bonsái muy natural y con futuro.
ResponderEliminarAl final está muy bien encaminado.
Un saludo. César.
Hola Buxán, es cierto lo que comentas, todos esos problemas también se los encuentran en la naturaleza, aunque no creo que tan concentrados en el tiempo. Como dices, he disfrutado mucho con el, de ahora en adelante lo dejaré de vacaciones e intentare darle los cuidados adecuados para que avance en su formación.
EliminarUn saludo
El resultado de las perrerías ha sido fantástico, la kurama, además le sienta como anillo al dedo. Menuda trayectoria desde que salió de Carrefour... Nadie lo diría.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Ishi, su historia ha sido corta pero intensa jeje, si es verdad que de los herrores se aprende, con este he debido aprender mucho jaja
Eliminar